viernes, 24 de febrero de 2017

ESTE JUEVES..............HISTORIAS DE UNA ESCALERA




   Siempre he pensado que la mente puede jugarnos malas pasadas en el momento más inoportuno. En el caso de mi marido, ese momento fue el segundo día de nuestro viaje de novios. Nos habíamos conocido en una librería de Madrid de la manera más tonta, como suele ocurrir en las películas romanticonas que tanto detesto, pero lo cierto es que me enamoré perdidamente de Borja y él de mí. Sin saber apenas nada de él excepto que era hijo único huérfano de madre y de familia acomodada, me casé con él en secreto a los dos meses de conocernos.
    Para nuestro viaje de novios, dado que nuestro amor surgió en una librería, decidimos visitar las diez más bonitas del mundo, empezando por la librería Lello, ubicada en Oporto (Portugal). Un caluroso día de verano, pagamos la entrada y nos adentramos en la pequeña y abarrotada estancia, llena de ávidos turistas como nosotros que deseaban hacerse una foto en la majestuosa escalera de un fascinante color rojo sangre. El tráfico por la dichosa escalera era intenso y no había manera de conseguir un momento solitario para salir sola en la foto. Borja permanecía con el móvil preparado en el último escalón para sacar una foto mía desde arriba apoyada en la pequeña balaustrada de madera que a modo de herradura divide la escalera por la mitad. La mala suerte y mi propia torpeza hicieron que al caminar hacia atrás tropezara con un niño y cayera al suelo  quedando tumbada de espaldas a lo largo de los escalones. Fue más la vergüenza que el daño que me hice, pero al momento supe que algo extraño le pasaba a Borja. No acudió presto para ayudarme a levantar sino que se quedó petrificado en su sitio, con la cara blanca como si toda la sangre se hubiera volatilizado de sus venas, los ojos extraviados y la boca abierta en una mueca de horror. Nadie pudo hacerlo reaccionar ni hacer que se moviera ni un milímetro.

    Cuando llegaron los servicios de emergencia lo tumbaron en la camilla rígido y envarado como una tabla. Todavía hoy, un año después, Borja sigue sin hablar, aunque sus ojos ya muestran algo de expresividad. Los  psiquiatras que lo atienden dicen que tardará años en recuperarse de la parálisis que le produjo el trauma de recordar cómo murió su madre, al caer por la  escalera de mármol de su casa mientras él, un niño de dos años, permanecía arriba y ella se desangraba entre una gran mancha de sangre. La escalera roja de la librería y yo, que inexplicablemente guardo un gran parecido físico con su madre, fuimos el detonante.

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16 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Un terrible recuerdo aflorando son previo aviso, con la crudeza del trauma que revive. Muy buen relato. Beso grande

Anónimo dijo...

En lo más profundo de la mente guardamos los recuerdos más dolorosos, a veces sin saberlo, y están agazapados, esperando el momento para saltar sobre nosotros y amargarnos la vida..
Nauthiz

Tracy dijo...

La historia dio un perfecto giro de romántica a trágica para acabar con suspense.
Me ha gustado mucho.

Campirela_ dijo...

Muy buen relato , vaya que cosas nos tiene preparada la mente , asombroso el final un detonante te hace pasar de un momento idílico a un drama verdaderamente.
Un fuerte abrazo.

Pepe dijo...

Todo transcurría por cauces demasiado suaves y románticos para tu forma de escribir, Charo. Al final de tu historia he terminado por reconocerte. Ese giro mezcla de suspense y horror, ese si te identifica. Me ha gustado mucho, como siempre.
Un fuerte abrazo y enhorabuena por el éxito de tu convocatoria.

Sindel Avefénix dijo...

Una historia que parecía perfecta, el amor, el dinero, los viajes. Pero que se ve truncada por ese evento tan casual y desgraciado. Ojalá el pobre muchacho pueda superar el trauma, la vida nos da sorpresas a veces no muy agradables.
Un relato genial, con un final especial e inesperado.
Beso enorme.
Un gusto participar, compañera.

Ame dijo...

Me has dejado paralizada, qué terrible cuando sufre un chiquitín y arrastra el trauma
Un beso

Max Estrella dijo...

Me encantan tus historias por esa amenaza que siempre hay en ellas...aunque a veces no ocurra nada o sí, como en esta...provocas sed de seguir leyendo

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Vaya historia que escribiste. ¿Y si hay una segunda parte donde otro incidente le hace recuperar la memoria?
Interesante giro argumental. Y todo por ese niño.
Bien contado

vivian dijo...

Una historia más inquietante. Pienso que puede suceder. Lo has hecho creíble de tal forma, que no se puede detener la lectura hasta el último punto. Parto de la base de que es ficción y lo único cierto fue tu visita a esa biblioteca maravillosa!!!
besos,excelente todo el jueves, excelente tú. Más besos.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Una horrible casualidad, pobre Borja. A veces suceden cosas que son inexplicables, pero que están ahí.
Me gustó mucho tu relato.
Ha sido un gran tema el de esta semana.
Un abrazo

Diva de noche dijo...

Menos mal que es una historia...al principio pensé que eran recuerdos propios....Y respecto a tu relato, pues ya sabemos que la verdad, no sabemos nada de como funciona la mente...a pesar de tanto estudio y tanta cosa, la ciencia sabe de neuronas, nervios y del cerebro...pero es muy poco lo que sabe de como funciona la mente...Suerte para Borja en alguna otra historia..besossss

Leonor dijo...

Buen relato. Esa escalera te ha inspirado fabulosamente. Hay traumas que se quedan dentro, latentes hasta que una situación saca el dolor escondido y ocurre lo peor.

Un beso.

Alberto V. dijo...

Sin duda un final trágico para una historia de amor que empezó de forma tan convencionalmente romántica. Me pregunto con qué cara se quedó el pobre niño con el que tropezaste. Ése sí que tuvo un trauma de por vida jeje. Me ha gustado leerte. Que dure mi paso por jueveros de nuevo.

Un fuerte abrazo Charo

San dijo...

Ya estaba yo pensando, que le pasa a Charo que va de amores jajaja, pero no,al final va a ser que no.
Bravo Charo, un relato fantástico.
Un abrazo y gracias conductora de este jueves.

yessykan dijo...

!Oh Dios! Que impresionante tu relato, Charo. Me impacto su final, creí era un adulto que dio un ataque al corazón del susto. Que buen giro para asombrar a tu lector. Genial!
Beso